En esta bitácora publicaremos las mayores sandeces que cinco personas desquiciadas y adictas a los dulces y el buen manjar han realizado durante un corto pero intenso periodo de tiempo y espacio.

No podemos adelantar nada pero esto va a ser una bomba (de crema).

Fdo: La Mesa de Acción Obesa

martes, 17 de octubre de 2006

Sexo, complejos y otras cosas que picar entre horas.

MONDO OBEXO, la revista interdepediente de la Mesa de Acción Obexa, PRESENTA: Sexo, complejos y otras cosas que picar entre horas. ¡Hola, soy yo! ¡Ah! ¿qué quién soy yo? ¿qué, qué no me conoces? ¿acaso importa? ¿Yo a ti tampoco te conozco y ni me lo pregunto, ni me importa?, ¿y a pesar de todo, deseas saber quién soy? Simple. Yo soy un ser hetero, estéreo, etéreo, complejo e irreverente, ¡GORDO! ¡Sí, gordo! ¿qué pasa? Soy gordo, obeso, voluminoso, carnoso, orondo, fondón, rollizo, grueso, corpulento, rechoncho, regordete, tripón, ceporro, seboso, adiposo, robusto, gordinflón..., déjame respirar, sí de los que rebosamos humanidad y nos rebasan los michelines, gente sin complejos. ¿O tal vez si? Pues claro, ¿no es lo que se espera de nosotros y nosotras? ¿no llevamos nuestros complejos adheridos a nuestra corpulenta constitución? ¿porqué al decir esto tengo irremediablemente la imagen de mi mismo agarrándome el flotador? ¿A ver, por qué? Estoy seguro que has visto u oído algún que otro programa debate, de los que me río yo de su seriedad, objetividad y credibilidad. Vamos, de esos que si comes mucho..., que si tienes problemas con la ropa..., que como te lo montas en la cama..., fornicando se sobrentiende, que si te la ves o te lo impide la tripa... ¡¡¡Aaaagrrrr!!! ¿A quien hostia le importa esto? Solo somos personas. Bueno persona y media, ¡vale! personas que ocupamos dos asientos en los autobuses, pero eso no es culpa nuestra, es que no se nos toma en cuenta a la hora de diseñar el mobiliario, si los hicieran o hiciesen a nuestra medida, pues cabría lo mucho y lo poco, ¿o no? Pues eso. ¡Cómo no vamos a estar acomplejados y acomplejadas! Ya desde que eres una criaturita rolliza comienzan a recordártelo constantemente: «que niño más potololito», «esta de buena crianza», y claro esto siempre es acompañado de un buen tironzillo de mofletes, «uuuyy que niño más rico». Y que me dices de la discriminación. Sí, sí, desde pequeñines, vamos, para que esperar, ahora que están tiernos. Sí, a las niñas no se le dicen estas cosas, se crea un mutismo y una hipocresía que se corta con navaja, al fin y al cabo un niño de mayor puede ser un buen harrijasotzaile, o un buen boxeador, o un buen luchador de sumo, ¿qué sé yo?, pero una niña, ¿qué va a ser de su futuro?, ¿me lo puedes decir tú?, gorda y soltera, por Alá, como competir con esas sílfides, esas jóvenes y esbeltas, de las pasarelas y del papel cuché. Jo, y esas miradas, esa sensación. Ya se que es un poco paranoico, pero que me dices de esa sensación de que todo el mundo te mira con esa mirada, ya sabes, esa mirada. ¿Porqué la mirada nunca es lasciva? Esa si que es una buena pregunta. Y esa costumbre de pedirte que vayas delante en el coche, vamos que si hay que ir apretados en la parte de atrás, pues se va. ¿No te parece discriminador no querer compartir las apreturas? ¡Un poco de solidaridad, por favor!, ¿no se es solidario con las ballenas o las focas? Como para no sentirte un paranoico. ¡Cuántas han sido las burlas, motes y risitas furtivas y a tu cara, a cuenta de tu gran hermosura, la gordura! Barrilete, foca, hipopótamo, ballena, masa de carne, bola de sebo, ésta incluso me parece lograda. Y cuantos más que mi pudor me impide repetir en publico. Puto gordo, gordo de mierda, eso, sí, sí, puto gordo, ¿qué pasa?, yo no voy por ahí diciendo flaco de mierda o eres del estamento normalizado, vamos, del montón, sin chicha ni limoná. Es que a los gordos y las gordas no se nos puede insultar como a todo el mundo mundial, con un cabronazo, cabronaza, valdría, ¿no? Lo cierto es que cuando oyes una risotada a tu paso te queda la duda de si de quien se están riendo es de ti, que no contigo. La crueldad desde la niñez puede marcar toda una vida. Recuerdo una anécdota de cuando era una pelotita de grasa, en el colegio..., pero no creo que te interese, ¿cierto? Así que lo vamos a dejar ahí. Cotilla. Lo que si recuerdo es que alguna ventaja si que tenía esto de ser corpulento. Era más grande que los demás y ya hubo quien se comió un par de patadas en su delgado abdomen por esa maquina oronda desbocada, nacida para comer y dar de guantadas. Aunque este poderío históricamente ha sido usado por otros. Dicen ser tus amiguitos y te utilizan como protección. Siempre la misma canción. ¿Que te puedo contar de la pubertad? Es el comienzo de una época de cataclismos hormonales. ¡¡¿Pero estas hormonas están locas?!!, ¡¡¿o qué?!!. Te comienza a crecer todo. ¿Todo?, ¡no! ¡Todo no!, ya te imaginas a que me refiero, te crece el pelo, mucho pelo, incluso en la cabeza, aunque este se las pire con el tiempo, te comienza a crecer en el pecho..., pero dos..., dos pelos no, dos pechos. Tu michelín se desborda y nunca ves el día que deje de crecer, pero aquello que debiera de crecer en este período de eclosión hormonal permanece sumido en eterno letargo, en este desolador panorama debes de hacer frente a las terribles clases de gimnasia, una tortura corporal y mental sistemática. No solo debes habituarte con agrado al ejercicio físico, que te supone una vergüenza sin limites sino que debes agudizar tu ingenio para nunca jamás desnudarte en publico, o sea en el vestuario. Estúpido, ¿verdad? ¡Inconcebible el grado de complejos que acarreamos sin necesidad! ¡Si esto ya esta superado en nuestra sociedad libre pensadora, sin prejuicios, tolerante y aglutinadora!, pero permíteme decirte una cosa. ¡Y UNA MIERDA! Tú no has pasado por ello. Y aquello de «mens sana, in corpore sano». Menuda estupidez, anda que no he quemado neuronas intentando integrarme como otra persona más en la clase de gimnasia en el instituto, y los kilos si se recuperan, pero las neuronas no. ¡¡¡¿Y el sexo?!!!, o más bien su falta. Esta falta es una constante a lo largo de nuestra vida. Esta y la del complejo del «osito de peluche». Este complejo analizado y experimentado en mis propias y oleogelatínosas carnes y puesto en común con otra serie de gordos y gordas anónimas, no será un descubrimiento de interés general para el planeta, pero es mío. Los gordos y gordas indistintamente somos los mejores «compas» de toda la galaxia, hasta que no se demuestre que hay alienígenas fondones, bondadosos, afables, bonachones, a los que contar tus cosillas, a los primeros, (si primeros, masculino, porque con las chichas como siempre son más crueles), que besar sin convicción en esos pueriles juegos de prendas de adolescentes. Pero ¿y eso qué?, sí, ya sabes a lo que me estoy refiriendo, échale un poco de imaginación. ¡Sí, eso!, leales fieles, a los que contarles tus secretillos más íntimos. Sí, pero repito. ¿Y de eso, qué?, ¿cuándo? Con los que conversar, respetuosos, verdaderos ositos de peluche, pero tenemos nuestra necesidades corporales y sentimentales, el onanismo liberador no puede cubrir estas necesidades en su totalidad. ¡Sabes! Será que no queremos, pero te diré una cosa. ¡Y UNA MIERDA! De acuerdo, hay muchas clases de gordos. No debemos generalizar, ¡caspitas, habrá hasta gordos que lo hagan dentro de lo establecido, o sea, poco y rápido! Como la gente normal, pues mira tu que bien. ¿Clases de gordos? Tenemos el prototipo acomplejado y introvertido que acabo de describir(me), en alegato y grito de socorro, si bien igualmente podemos ver al extrovertido y despreocupado, «un echao palante», graciosillo, aunque todos los gordos lo somos un poco, es una táctica defensiva que nos suele funcionar para ocultar nuestras carencias y orondos complejos. ¡Ya!, ¡vale! lo sé. Todas las personas entradas en carnes no son tan maravillosas. Cierto, ovejas kakis hay hasta en los mejores grupos de personas. Simplemente he dejado para el final a esos gordos que toman, ante la adversidad, una actitud de cerdos, grasoso, machistas y faltones. El típico babas tocaculos, machista y faltón, repito, por si no queda suficientemente claro. Pero estos no son más que unos patéticos hijos de la leche agriada del cabronazo de su padre. Espero que no se note mi animadversión hacia estos trozos de carne sin cerebro que lo único que hacen es no asumir lo que son, gordos. Así son las cosas que me inventado y así te las he contado.
Texto escrito por Mórbido, ideólogo principal del pensamiento obexo.
FDO:LA MESA DE ACCION OBEXA

2 comentarios:

  1. Triste, pero cierto amigo Mórbido, me identifico absolutamente con todo lo que has escrito porque no has inventado nada. Pero sabes qué ? Ya me va valiendo verga el desatino y la estrechez de criterio de esta puta sociedad, soy gorda , soltera y qué? No le rindo cuentas a nadie y al que no le gusta cómo me veo sencillamente que no me mire y de paso se vaya un ratito así bien largo a la mierda jajajajajaja

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  2. FAT POWER!!! Claro que sí! Jo ta ke! Sentirse bien con sigo misma es lo suyo el resto, como dices. que se vayan un ratito.... Viva al hermosura de nuestra gordura!!!!

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